EN PERIBECA
El anochecer destiñe las tejas
la luna va hilando ficciones,
un duende atraviesa la plaza
mariposa duerme sobre el muro.
Palmeras solitarias contemplan
a dos amigos:
eternos.
Una luz nace sobre el cerro
jóvenes escuchan un poema.
En Peribeca
el aroma de la hierba, la tierra y el jojoto
acompaña el sabor dulce
de la cachapa milenaria
con una cerveza
helada.